viernes, 12 de octubre de 2007

Hacer música con otros

Vamos a considerar la palabra obstáculo con la acepción que se le da justamente en las carreras con obstáculos. No como algo que nos impide avanzar, sino algo que hay que aprender a saltar. Y que una vez aprendido no merma mucho la velocidad y por otro lado le da razón de ser a la carrera, es lo que la hace interesante y divertida. ¿Qué sería de una carrera con obstáculos sin obstáculos? Obstáculo es algo así que se inter-pone pero también que pro-pone, provoca, sostiene, motiva...
Uno de los primeros obstáculos en la producción de música con otras personas, es justamente eso, encontrarse con otras personas. Que como decíamos para las carreras, también le da razón de ser a esa producción y seguramente a todo el hecho de hacer música.
En este caso las otras personas son las que compartirán la generación de música, en otros serán quienes escuchen.
Este encuentro para hacer música juntos puede darse de muchas maneras: dos (o más) amigos se enteran mutuamente que tocan algún instrumento o cantan y alguno propone: “vamos a juntarnos en mi pieza a tocar” o “mirá lo que aprendía a tocar”, etc. También puede ser que lo hagamos por medio de un aviso: “Busco quien toque la zambomba”. Cualquiera sea la circunstancia, algún cosquilleo en la panza nos va a provocar. Y si no hay un vínculo previo que puedan sostenerlo, el cosquilleo puede transformarse en retorcijón.
Podrán aparecer dudas e inseguridades: ¿los otros sabrán más que yo? ¿Estarán atentos a lo que hago? ¿Qué onda tendrán?, u otras.
Volvamos a las carreras: como decía un amigo, profesor de educación física, el salto comienza en los pies, varios pasos antes; y en la cabeza mucho antes. “Si no es así la valla me sorprende y me caigo. Pero si preparo mi cabeza y mis pies, encuentro el ritmo de las distancias de las vallas, disfruto el salto y toda fluye como si lo hubiese hecho toda mi vida”.

Preparación

(particularmente para los ensambles dirigidos)
La preparación es simple pero sumamente importante. En los pasos previos al salto los apoyos son más fuertes.
Es necesario buscar que todas las cosas que necesito (apoyos) para tocar o cantar, estén aptas:
Cuerpo: buscar momentos (desde antes que llego al lugar) para conectarme con el cuerpo, fijarme si tengo contracturas, si las manos están frías, si estoy con ropa cómoda, etc.
Instrumentos: revisar si está afinado, si tiene bien todos sus elementos. (En la ruta seguramente encontraremos alguien que nos dé una mano, pero es preferible llevar la rueda de auxilio).
Si vamos a necesitar algo para anotar, porque nos cuesta acordarnos las cosas de memoria (nos pasa a muchos), correas, cables, atriles, lo que crea que vamos a necesitar.
Vínculos: confiar que quien nos convoca tiene una idea previa sobre lo que va a pasar (la mayoría de los directores técnico han jugado antes). Preguntar previamente lo que creamos necesario.
Y sobre todo dos cosas, saber que:
-A los otros les pasa algo parecido a lo que me pasa a mí. (incluso a los coordinadores)
- Eso es lo que hace interesante al encuentro y permite que salgan cosas. Y que aunque no sepamos completamente como va a ser, será MÚSICA.

Durante

La preparación anterior hace referencia, en definitiva a los apoyos previos. Pero también hay apoyos “durante” (que no quiere decir que sean apoyos duros). Un apoyo básico es el ritmo, lo que “va a tierra”, sostiene, da sustento. El otro apoyo es partir de elementos mínimos para ir desarrollando un código común. En definitiva la música es comunicación.

El Después
Después de este encuentro de comunicación, es necesario que exista un espacio dónde aclarar con palabras lo que no pudimos desde lo musical.
Fundamentalmente compartir lo que nos sucedió, ya que muchas veces tenemos distinta visión aún de un hecho compartido.
Seguramente para algunos el encuentro habrá sido un fracaso y para otros habrá sido genial. Es muy interesante saber porqué.